jueves, 7 de mayo de 2009

pos es que mire... deme le explico

Dicen que desde que se inventaron los pretextos se acabaron los pendejos… yo no estoy muy segura, al final la realidad es que todo pretexto busca verle a alguien la cara de pendejo.

Desde aquellos muy creíbles (y a veces crueles) como se enfermó mi abuelita, atropellaron a mi perro, me chocaron, se me quedaron las llaves encerradas, me quedé sin pila en el móvil, me quedé sin gasolina, se me ponchó una llanta y bla bla bla, hasta los inverosímiles e irrisorios como le dio diarrea a mis peces, confundí las agujetas de mis zapatos, había unas luces extrañas sobre mi casa, creo que era un ovni.

El caso es que siempre pretenden justificar que no hicimos algo.

Luego hay los que se ponen de moda. Últimamente todo el mundo tiene migraña y unos ataques de terror eh!!! Lo cual supone ser suficiente para no dar golpe en días. En mi reciente experiencia, los ataques de migraña se convirtieron en sinónimos de entrevistas de trabajo. Lo que más me dolió es que, en efecto, me vieron la cara.

O los grandes clásicos como estoy malito de mi panza. Ese es efectivo porque nadie quiere alguien que ande propagando gases en el salón de clases y menos en la oficina.

También hay los que suenan a absurdos pretextos, ¡pero que son causas reales!

Cuando era niña, mi papá tenía un Rambler que era como una tostadora con huaraches. Les juro que toooodas las mañanas era una historia para que el coche arrancara y hasta teníamos que hacer labor de equipo entre la marcha, el acelerador y el motor. No sé por qué no aprendimos a calcular el tiempo que nos llevaba encender la lata, total que TODOS los días llegaba yo tarde a la escuela. Para la segunda semana no me creía nadie y entonces empecé a inventar pretextos.

El mejor que he escuchado le sucedió a un tío mío (si, mi tío y no el primo de un amigo, que quede claro). Hace muchos años, salió con una pretensa en la histórica noche en que se escapó una elefanta de un circo y se armó tremendo zafarrancho en la ciudad. Total que el pobre hombre no pudo llevar a la muchacha a su casa a una hora decente (estamos hablando de los 50’s o 60’s) y cuando finalmente llegaron, a altas horas de la madrugada, el papá los esperaba casi con escopeta en mano. Rápidamente, mi tío explicó “perdón señor, pero se escapó en elefante del circo y andaba por la calle”. Ya ni les digo la de improperios que recibió. Lo peor es que ese no fue pretexto.

Me pregunto si en otros países serán tan creativos o si el pretexto es gloria nacional.

Pero en esta ruta no hay pretextos.

Quitando que, bueno es que tuve que ir por unas medicinas y ‘tons como no tenían cambio pos tuve que usar la morralla del micro, luego me agarró una tira y que’s que no anda verificado, pero yo le dije que nel, que ya se había encargado el compita de los viernes, pérate ira eserate… creo que fue el del martes, chale es que con la influenza pos no nos quisieron recibir y ahí te vas que lo que nos quedaba se fue en la mordida, porque no es que seamos corructos sino que pos había que traer la unida’ circulando pa sacar lo del día. La bronca es que luego no completé para la gas y pos acá toca bajarse y empujar.

O qué ¿alguien tiene un buen pretexto para no hacerlo?

3 comentarios:

Juan Valdez dijo...

Yo siempre uso el mismo pretexto: "padezco incontinencia urinaria y no pude hacerlo". Siempre funciona y evita entrar en discusiones.

Mr. Charlie Bucket dijo...

En toda mi vida, dos pretextos me han sorprendido y me han dejado con la boca abierta
1) Se murió mi madre y por eso no pude ir a trabajar ¿quién demonios mata a un familiar de línea directa?
2) Perdón, salí corriendo a Australia para evitar contagiarme de salmonelosis en mi país

Dos grandes joyas!

Lexico dijo...

Todo sea porque el pato no muera... aqui estoy comentando...

jajaja que buen pretexto saque... :P