Y es esta crisis por la que atravesamos, o en la que nos empeñamos en quedarnos.
No es que yo quiera tapar el sol con un dedo (o como se tapa en este país, con un Secretario de Hacienda) pero estoy absolutamente en contra de los “catastrofistas” y de quienes están decididos, sobre todo, a paralizarnos del pánico.
Hace no mucho, escuche a un experto economista decir que la primera causa de las crisis es el miedo. El miedo paraliza los mercados, frena las economías, detiene las inversiones, reduce el flujo de capitales y por lo tanto lleva irremediablemente a esa secuencia de desaceleración, recesión, crisis.
Cuando a una persona le dicen “ten cuidado, no gastes, porque todos nos quedaremos en la pobreza” esa persona guardará sus pesos, dólares, ameros o lo que sean en algún lugar seguro (sin descartar el colchón). Pero cuando le dicen eso a un millón o dos o diez de personas, una economía completa se va al traste.
No se trata desde luego de ir y gastar como loquitos… pero de eso no se trata nunca. Lo sano viene siendo gastar lo necesario y destinar cierta parte del ingreso al ahorro. La realidad es que esa cultura en este país no existe.
Hace poco también, escuché al Presidente de una compañía (y no, no fue ese que dijo “todos nos vamos a quedar sin trabajo” y luego compró parte de un periódico) decir que la economía mundial, las devaluaciones, las caídas de la bolsa, etc. no están en sus manos ni en las de ninguno de sus empleados, lo que sí está en sus manos es seguir haciendo su trabajo, prestando sus servicios y trabajando todos los días. Como quien dice, mantener su engrane particular en movimiento.
Sinceramente, yo prefiero quedarme con esa visión, para no caer en lo mismo de todos esos que nos tienen hasta la madre. A saber:
- Los que dicen “me llegó un mail que dice que en Argentina no hay ni leche en el súper” y eso lo traducen en la apocalipsis
- Los que dicen “es la peor crisis en la historia del mundomundial® y México no está listo para enfrentarla” (remember 1994)
- Los que usan la situación para su beneficio personal y salen a dar mensajes a diestra y siniestra, aprovechando su “peso específico” y confunden a la banda
- Los que se tiran a la tragedia y dicen “está terrible, no alcanza para nada, tengo mieeeedo” y lo dicen mientras empacan para sus cuartas vacaciones en seis meses
Pa’ mi, como dice un sabio, en peores panteones nos han dado las 12, así que a darle que es mole de olla.
P.S. Pido una disculpa pública a nombre de los operadores de la ruta, pero nos agarraron en crisis y pues están todos hasta la madre!!
1 comentario:
Completamente de acuerdo. Dedicarle energía a una situación negativa sólo hace que le encuentras más “patas a la cucaracha” (simplemente la teoría de la atracción). Si a eso le sumamos que vivimos en un país al que le gusta la tragedia, estamos jodidos. Lo llamo el efecto telenovela…una gran parte de la población quiere ser ese protagonista que es víctima de TODO y TODOS, para que al final –pero muuuuuuuuuy al final- logre una recompensa porque el universo se le alineó sólo…o “diosito le hizo justicia y lo ayudó”.
Es momento para arremangarse la camisa y ensuciarnos las manos... (conste que no dije subirnos el dobladillo y ensuciarnos los pies, porque eso significaría hacer todo con las patas) y preguntarle a “todos los engranes” con los que nos movemos ¿Qué vamos a hacer hoy por nosotros? Porque necesitamos alinear nosotros al universo (si a algunos les hace más sentido, ayúdale a diosito para que te ayude).
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