Un fuerte abrazo...

Les decía yo en el episodio pasado que andábamos por los rumbos de la Condechi. Ahí andábamos cuando agarrando Av. Chapultepec me hizo la parada un tipo con cara de depravado sexual. Era gordo, chimuelo, cacarizo, medio pelón y con cicatrices en la cabeza. Pero la mera neta, lo que más me daba escalofríos era su voz, no'más de acordarme, ¡qué pinchi susto ca'ún! Llevaba cargando una bolsota negra y pensé que me iba a secuestrar con todo y micro, pero la chamba es la chamba y hay que sacar pa' la chuleta, o sea, le hice la parada fin de cuentas.

- ¿Pasas por chapultepec amiguito?

Y titubeando le dije: -Eeh, eeh, s... sí.

- ¡Ujujuy!, ¡qué bien!

Pus ya se subió, me pagó y andábamos en el camino cuando me preguntó:

- ¡Ujujuy!, ¿te molesta si me cambio para el trabajo?

Y como íbamos solos, se me arrugó todito, pero apretando los tanates le dije:

- Eeh, sí.. no hay tos.

Entonces intrigado y como para que no me hiciera nada le empecé a hacer la platica. Igual ya en confianza no hay tanto pedo y no pasa nada.

- ¿Y de qué chambeas? - Entonces de la bolsa sacó un enorme traje de peluche y el muy cabrón ya en calzoncillos se enfundó en él.

- ¡Ujujuy!, soy artista infantil. Bailo y canto. Me tomo fotos con los niños porque los quiero mucho y ellos me quieren a miiiiiiiiii

- Aaaah...

Y se puso una cabezota como de godzilla gay y empezó:


El muy hijo de la chingada se la pasó dándome arrimones de camarón mientras hacia todo su numerito. Me colmó la paciencia tanto, que le pisé al acelerador y lo boté pa'tras del camión. Cuando me di cuenta ya estábamos en la entrada de Chapultepec que pasa por Reforma. Le puse su pinche bolsa negra en la cabeza y le metí un patín por el culo diciéndole:

- ¡Órale pinche dinosaurio pederasta!, ya te vas... ¡pero a chingar a tu madre!

¡Éste cabrón! ¿Cariñitos a mi?, ¡ni madres!