La agradable temperatura de Nueva York nos recibió ahí cerca de los 0°, eso cuando se ponía buena onda, porque luego le daba por disminuir y soltar un airecito que calaba hasta las ideas, motivo por el cual la verdad es que perdimos todo el estilo, pero no las ganas de caminar y caminar y caminar la ciudad. Bueno hasta de navegar alrededor de Manhattan temiendo que un iceberg se atravesara en el camino y nos arruinara el show.
Pero lo mejor, lo inigualable, fue un trayecto de poco más de una hora en tren, a las orillas del Hudson, para llegar a Poughkeepsie, ese lugar que resulta que si existe aunque no lo creíamos.
Llegamos sin la menor idea de para donde jalar, con la fortuna de que el Marist College resulta ser un sitio de harta relevancia para la comunidad osea que no fue tan difícil encontrarlo.
Fue llegar y ver su mirada cuando se le apareció el Donnelly Hall, el edificio que él ayudo a construir y que dejó en obra negra, para verlo hoy convertido en punto emblemático del lugar. Ya con eso valió la pena el viaje.
Lo demás, fue adicional. La caminata por el campus (impresionante por cierto), la hora y media en la tienda de souvenirs buscando algo para cada miembro de la familia, el recorrido por la biblioteca, la visita al Presidente del Colegio, los minutos en el mismo lugar que ocupó en la capilla en sus años de estudiante y los recuerdos que paso a paso nos iban alcanzando y envolviendo fueron aderezos al plato principal.
Hay lugares en el mundo que disfruto muchísimo. Mérida es mi infancia completa, mis mejores recuerdos, mi familia. Ixtapa es la playa, el descanso, el reventón para viejitos que se nos da tan bien. Madrid por alguna razón es mi lugar feliz, creo que en mi otra vida viví por allá. Pero si algo descubrí en estos pocos días, es que puedes crecer, cambiar, irte o volver, pero siempre habrá un lugar y una persona a la que podrás volver, no importa en qué lugar del mundo estés.
¿Con quién hice el viaje? Con mi alter ego, un hombre al que adoro y admiro: ¡mi papá!
PS Mi motivo de mayor emoción: me pidieron identificación para dejarme entrar a un bar!!! Eso hacía mucho, pero mucho que no me sucedía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario