martes, 2 de diciembre de 2008

Los estertores del año

Nunca he sido gran "fan" de la navidad. La he disfrutado pero sin ser una época que me cause algo especial interiormente.
Suelo relacionarla con una temporada para hacer examen de conciencia y sacar el saldo del año. Fuera de eso, me resulta, por decir lo menos, totalmente intravenosa.
En esta ruta que será corta porque hace frío y porque para iniciar diciembre ya llego cansado, prefiero adelantar el saldo del 2008.
Estuvo de la chingada.
Lo inicié emocionado e ilusionado, con un gran trabajo y una casa increíble. Hasta existía en mi iPod un ridículo playlist titulado Merry Little 2008, llena de canciones que me ponían de buenas.
En el transcurso del mismo, perdí un gran amigo, una casa, la relación más importante hasta hoy, me cambié de ciudad, me deprimí como nunca, lloré cual maría magdalena y me he lastimado la pierna suficientes veces como para poder considerar que quizás esta lesión muscular me haga dejar de correr... uno de esos pocos placeres que me quedaban tras tanto duelo y tristeza.
En fin. Ni la vida se acaba ni se detiene el mundo. Las cosas no son tampoco tan malas. mi trabajo lo disfruto totalmente y los amigos que he encontrado ahí han sido una gran ayuda, sumados a los de siempre, los incondicionales.
Estamos en proceso para estar mejor... poco a poco.
Por hoy, con la navidad aterrizando cual platillo invasor sobre tierras regiomontanas (lo cual hace como plaga biblica llenando de espiritu navideño gringo los corazones y jardines y casas y negocios de los regios) el saldo esá hecho.

Pinche 2008, ya llégale.
empezaste de poca madre... cual autopista recién inaugurada. perfecta, con destino a un lugar increíble.
pero la neta te volviste loco y acabaste con todo lo que conocíamos tal y como lo conocíamos. como terracería que lleva a un camino cerrado.

del próximo año prefiero ni hablar...
mejor nos bajamos de la ruta antes de que comience a atropellar peatones y ciclistas por puro deporte.

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