A la del cumpleaños
Apretaba la mandíbula hasta el punto en que pensé que se rompería los dientes. Enterraba los dedos contra el balón de futbol y parecía que lo reventaría. Sus ojos miraban fijamente a la rata y comenzó a sudar. Tenía fobia a esos silenciosos y astutos roedores.
Por el contrario, yo veía sus largos bigotes y no entendía porque podían tener rabia, si serían lindas mascotas.
De eso han pasado más de 10 años. Desde entonces he tratado de buscar mi fobia.
¿A las alturas? No. ¿A los alacranes? Los cazo y los meto a frascos con alcohol para conservarlos. ¿A la sangre? Soy donador dos veces al año. Y así sigue la lista.
Sabía que debía tener alguna fobia, todos la tenemos.
¿Miedos? Algunos. Al fracaso, a la derrota, pero vaya, ninguna es fobia. He fracasado y he perdido y creo que lo asimilo muy bien.
Mi fobia es a la letra muerta. Esa que me explicaron en la escuela que se da, que sí existe. Escribir algo y que nadie nunca jamás en la historia del mundo mundial, lo lea.
Me da pánico el pensar que nadie leyó algo que nació para ser leído. No me refiero a eso que escribes para ti mismo, no, sino a lo que se hace para los demás. Y es que eso sería la muerte para un reportero. Juntaría el fracaso con la derrota y te diría que tu razón de ser ha muerto. Que tu paso por el mundo ya no es necesario. Que si te cuelgas, nadie lloraría por ti.
Esa es mi fobia. Saber que no hubo un par de ojos que leyera, que a nadie le transmití nada. Y no me refiero a una sola nota, sino ya el hacerlo de manera habitual.
Hace dos días una amiga me dijo: “Te leí, me gustó, ya soy tu fan” y me sentí feliz. No por el piropo, ni por el ego, sino porque ella leyó de principio a fin. Mientras ella me lea… no hay fobia.
1 comentario:
Desde mi fanatismo hacia usted, yo si tengo una fobia: a los gatos... y pensar que convivía con uno por "amor"...lo que hacen las enamoradas...
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