sábado, 28 de marzo de 2009

de patadas, remates y algo más

Pues por mucho que me guste mi oficio tengo que reconocer que es un poco ingrato a veces, razón por la cual el jueves no me encontraba en condiciones de parlotear, como se debe, de uno de los temas más apasionantes de mi vida.

El deporte pasa por todas las facetas de mi personalidad.

  • Mis recuerdos de infancia, cuando tenía apenas 6 años y mi padre me llevaba a los partidos de Cóndores o Pumas en CU. Y más adelante cuando pude correr en la legendaria pista de tartán
  • Mis sufrimientos absurdos e incomprensibles cuando pierde mi equipo o eliminan a la selección. Si llego a llorar en esos casos y ¡qué!
  • Mi salud física y mental. Con decir que el gastroenterólogo dijo que el único remedio contra mi colitis nerviosa es ir al gimnasio y reventar balonazos en una cancha de volley ball
  • Mis ratos de convivencia con amigos, familia y marido. ¿Cuántas parejas conocen que festejen su aniversario con una apuesta en el estadio?
  • Mi momento de frustración cuando dije que iba a trabajar en deportes y un “querido pariente” me dijo que no tenía futuro en eso
  • Y hoy, una de las partes favoritas de mi trabajo, que no sé ni cómo me hizo hundirme hasta el cuello en un equipo de automovilismo que ya es hasta como mi familia (no que no la hacía primo!!!)

Por todo lo anterior me molestan terriblemente cosas como banalizar la práctica deportiva y considerarla una pérdida de tiempo o desvío de recursos, o la hermosa teoría de que deportes como el futbol y el automovilismo son para hombres, asumiendo que por ser mujer una no puede entenderlos. Imagínense la cantidad de pelitos que me he aventado al respecto.

Pero creo que sobre todo me molestan los villamelones. Esos que de un día para otro son fanáticos y expertos, que se sienten con la autoridad de opinar, criticar, destrozar, despepitar, pero que nunca han sentido de verdad el nudo en el estómago o la explosión de adrenalina de un gol, un remate, un saque as, una canasta de tres puntos en el último segundo, el tercer out de la novena entrada, un rebase o una bandera a cuadros.

No sé si sólo dentro de una cancha se pueda vivir la auténtica emoción. Digo hay muchas de las cosas anteriores que nunca viví en carne propia pero que me arrancan un grito o una lágrima (para el tenis siempre fui pésima y no me han dejado manejar un auto en la pista). Pero sí estoy convencida de que no puedes entender, criticar, disfrutar o despedazar los deportes si no has practicado al menos uno de ellos.

Así que esos exquisitos que hoy critican según para donde sople el viento, primero rómpanse una pata, dejen un cacho de piel en el tartán, traguen arcillan o reciban un furioso remate en mitad de la boca. Entonces se vale hablar.

Triste caso, cuando a esos sujetos la vida les ha puesto una pluma en la mano o un micrófono en la boca y entonces, creen que además tienen la autoridad para formar opinión.

Pero bueno, luego me andan regañando por parlotear de más, pero pos la neta de deportes puedo hablar todo el día, ¡toda la vida!

Pa’ terminar, arriba el Monterrey y nos vemos el 12 de abril en Aguascalientes con el #20 de Nascar México…

viernes, 27 de marzo de 2009

Déjenlos en paz

Tema: Deportes

Creo, ciegamente, que el deporte consigue la reivindicación de la raza humana. Luego de ver las cosas monstruosas de las que son capaces los humanos, el deporte es lo que los salvará.

Estoy ligado a los deportes desde antes de nacer. Nunca he estado separado. No podría imaginar mi vida sin ellos. Tengo la oportunidad de que hasta en mi trabajo, sigo en deportes.

Es por ello que me molesta demasiado como, los aficionados, tratan al deporte. No lo tratan como el deporte a ellos. Y hay un tema en particular que me molesta demasiado, y esa es la cacería que se realiza sobre los deportistas que solo hacen lo que les exigimos.

En los años recientes los aficionados les hemos exigido de más a las estrellas. Queremos que sean más fuertes, que salten más alto, que metan más jonrones, que diario hagan una gran atrapada.

La calidad la tienen, y pueden hacerlo. Pero los huesos y los músculos no resistirían el hacerlo, a ese nivel, diario.

Queremos que ese receptor de la NFL, todos los juegos, nos regale esa gran atrapada. Queremos que ese jugador corra de segunda a home; que el jardinero salte y robe el jonrón.

Exigimos que hagan el Tour de Francia en menor tiempo. Nadie, en condiciones normales, podría pedalear tantos kilómetros a ese ritmo. El desgaste de un tenista es brutal. Avión, calificación, cinco partidos de más de tres horas, avión, otro torneo.

Y es entonces cuando necesitan tomar esa sustancia que les evite el morir. Y lo hacen. Y juegan. Y nos cumplen los caprichos. Y saltan más alto. Y corren más rápido. Y terminan el Tour sin morir en la montaña. Y hacen la recepción del pase de touch down. Y nos enteramos de que hicieron “trampa”. Y los quemamos en leña verde.

Lectores, la sustancia no les da el talento, ni la habilidad, ni el orgullo, ni el amor propio... con eso se nace… La sustancia solo les permite jugar diario, el estar listos para que nos regalen la magia que Dios les dio por nacimiento.

Un home run no se pega por fortaleza (sólo quien ha jugado lo sabe). Una sustancia no te hace que le pegues al balón de tres dedos, haga chanfle y se clave en la portería. Eso solo evita las lesiones, para que, nosotros que exigimos el máximo desempeño diario, podamos disfrutar.

Ya basta de crucificar a quien toma sustancias que nosotros les exigimos que tomen. Si queremos que dejen de tomarlas, entendamos que pasarán cuatro meses en recuperación de esa lesión, en lugar de un mes.

No nos molestemos si no pueden jugar diario y necesitan estar en la banca dos veces a la semana para descansar. No les exijamos que no se cansen.

Disfrutemos las jugadas que nos regalan, y sobre todo, seamos coherentes.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Se subió la porra.

Tema: Deportes.

Simón simonazo banda. Pus acá el microbús empezó a dar el rol con su seguro servilleta al volante. Después de dejar a una reluciente banda tropical en las puertas de su trabajo, este microbus decidió agarrar camino para sacar pa' la chuleta. Andábamos por los terrenos de CU cuando a lo lejos se empezó a escuchar un cántico en masa.

Era una multitud de personas vestidas con playeras de azul y oro. Venían con tambores y trompetas. Las caras pintadas y pus ahí estaban brinque y brinque. Viendo semejante cantidad de gente me apresuré a ofrecer mis servicios de transporte con la esperanza de que semejante cantidad de personas me ayudaría a sacar lo de la vuelta. Equivocado estaba valedores.

Efectivamente rellenaron el microbús hasta por las ventanas, se fueron colgados de mosca y en una de esas hasta se fueron en el techo. Hijos de su cachuna cachuna madre, no me pagaron ni un sólo centavo, se hicieron los pretextuosos quesque a los estudiantes no se les debería cobrar nada (¿cuáles pinches estudiantes? ¡puro paria!) y por si fuera poco me grafitearon toda la unidad.

La bola se bajó en las inmediaciones de Coyoacán y no pude defender. Aunque uno sea gandalla, no le puede hacer frente a más de 40, eso que ni que. Al parecer venían de un partido de fútbol porque los muy cabrones venían cantado en coro esta porra que dice más o menos así:


Y así como aparecieron todos en bola y cantaban a lo lejos, se bajaron en chinga y desaparecieron en las oscuras inmediaciones de los viveros de Miguel Ángel de Quevedo con un silencio que sólo rompía el aire.

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Nota: Desde atrás de este volante se deja un sentido pésame para todos aquellos fans del "Ratón Macías". Hábil pugilista nacional que hizo historia en lo que sabía hacer mejor, o sea dar catorrazos. Al fin y al cabo, todo se lo debía a su manager y a la virgencita. Hoy ya descansa al lado de la Guadalupana.

sábado, 21 de marzo de 2009

La peor de las crisis

Tema: Crisis.

Para los que vivimos del oficio más hermoso del mundo, el atravesar una crisis puede ser mortal, angustioso, desesperante y desesperanzador.

El sufrimiento era mayor hace unos años, antes de que el uso de computadoras fuera tan normal como el tomar agua.

Recuerdo mis primeros días en El Economista. Aún estaba en la Septién y tenía una columna los martes, es decir, los lunes tenía que entregarla, y por lo general, comentando la actividad del domingo.

Cuando había Gran Premio o cualquier competencia era sumamente sencillo el cumplir con la encomienda, pero cuando no había carrera, comenzaban los problemas (para un inexperto reportero, pues hoy sé que hay miles de salidas y soluciones).

Lo peor que me podía pasar era enfrentarme a la imponente hoja en blanco. Desde que la tomaba y la metía a la Olivetti mi mente comenzaba a viajar y dar vueltas. Ahí estaba… intimidante, esperando que comenzara a pegarle a las teclas para que el sistema de palancas dejara marcadas, gracias a esa sucia cinta, las palabras.

Las frases no llegaban. Y no era como ahora, que pones una palabra, y te puedes regresar y la borras y la editas y pasas el párrafo para abajo y lo suprimes completo y le das “copy-paste”… no, si pegabas a esa tecla, se marcaba y no había marcha atrás.

Una equivocación llevaba a arrancar la hoja, arrugarla y echarla al bote de basura. No había lugar al error.

Malditas crisis creativas. Malditas crisis literarias. Malditas crisis periodísticas. La peor crisis del mundo.

Pero así era, y que bueno que así fuera. Gracias a eso, hoy puedo redactar lo que me venga en gana aún sin tener la idea clara. Las palabras se siguen una a otra, se unen, se hilan, se aman.

Si Dios permite que --por la razón que sea-- regresemos a esos tiempos, yo no tendría empacho. Regresaríamos a la presión que mueve a los que escogimos el oficio más bello del mundo, esa que las nuevas generaciones no tienen, ni tendrán idea.

Gracias a ella, los que la vivimos, podemos hacer un texto, como este, en apenas ocho minutos. Malditas crisis… benditas crisis.

**Esta corrida no pudo salir en viernes, debido a que me traje “la micro” a Puebla para ser parte del Campeonato Mundial de Autos Turismo (WTCC). Ofrezco una disculpa, ojalá que la espera haya valido la pena.

jueves, 19 de marzo de 2009

la crisis

He escuchado cualquier cantidad de versiones y opiniones sobre la crisis. He visto gente azotarse contra las paredes y gente resignándose a que es una más.

Por alguna razón, tengo clarísimo el recuerdo de aquella terrible devaluación del ’94, vaya no del hecho en sí (creo que ese, toda una generación lo tenemos) sino del momento en que se dio a conocer la noticia. Estaba con mi familia de vacaciones en Mérida, mis papás, mi hermano y yo estábamos todavía cada quien colgado en su hamaca amaneciendo. Un par de días después mi hermano volaba a Houston a comprar todo el equipo para abrir su estudio de grabación. Se imaginarán su reacción cuando supo que los ahorros que tenía se reducían directamente a la mitad.

No sé si por necedad o por no tener un plan B, igual se fue, compró el equipo y abrió su estudio. Tenía 20 años y estaba decidiendo empezar su vida profesional, justo en medio de la peor crisis en la memoria de México. La verdad es que le resulto bastante bien, claro que le costó un poco más de trabajo pero al día de hoy sigue viendo los buenos frutos de ese aciago inicio.

Ahora, como si el sujeto persiguiera las crisis (o al revés) se le ocurre irse a vivir a Miami e iniciar un negocio allá cuando la debacle financiera se gesta en ese país. Cuando le dije que estaba loco o que le gusta eso de vivir emociones fuertes me respondió: para los chinos “crisis” es lo mismo que “oportunidad”. Eso sí, con una convicción que estoy segura que otra vez le saldrán bien los planes.

Supongo que eso de que “las crisis son una oportunidad” lo hemos escuchado todos mil veces en los últimos meses. El secreto está en creerlo y ponerse a actuar en consecuencia.

Por cuestiones laborales me ha tocado seguir, analizar y desmenuzar esta crisis por muchos ángulos. Incluso jugarle a las proyecciones hacia los próximos meses y sigo pensando que el resultado en buena medida es una cuestión de actitud.

Vi hace poco una entrevista realizada en el programa “Mujeres en el Risco” a Enrique Campos donde le preguntaban si la gente debía dejar de gastar y guardar hasta el último centavo. Su respuesta, la más inteligente que he escuchado fue: que cada quien evalúe su situación personal. Si ves que tu empresa está estable, que tu trabajo no corre riesgo y que tu círculo cercano no se ha visto directamente afectado, sigue haciendo tu vida como hasta hoy. Quizá no sea momento de hacer una fuerte inversión (y reitero… quizá) pero tampoco de guardar el dinero bajo el colchón. Su razonamiento era el siguiente, si una persona deja de comer en un restaurante una vez a la semana tal vez no sea grave. Si un millón de personas dejan de comer en un restaurante una vez a la semana ese restaurante va a quebrar. De ahí se desprende una cadena de falta de liquidez, desempleo, etc.

Y entonces me recordó a quien dijo que la raíz de las crisis es el miedo…

Para rematar (y tratar de dejar claro mi punto) les dejo esto que recientemente me mandaron de Gabriel García Márquez cuando decía “Algo muy grave va a sucederle a este pueblo”. Creo que expone muy bien el punto… y que sería absurdo ponerme a tratar de interpretar a un maestro.

Y pos como esta corrida se nos puso trascendental… a darle al cilindro que si no ¡capaz que la crisis nos rebasa por la derecha!

miércoles, 18 de marzo de 2009

Crisis.

Tema de la semana: La Crisis.

Pus ya de nuez piloteando el microbús. Estábamos en esas donde agarramos de nuevo patín pa' recoger pasaje y sacar pa'la chuleta, lo de la vuelta, y lo de la gasolina que ya se me estaba acabando. Y yo con nomás diez varitos de cambio en la marimba. ¡Vale queso! Lo bueno que a estas altura ya era el horario de la corrida de la noche y podría aplicar la de subir la tarifa al doble socorriéndome del horario.

Ahí estaba. Gente que me hacía la parada y eran un chorro. Fácil eran como 12 y traían bultos. "De aquí soy", pensé. Con este pasaje empieza la buena racha pa' sacar el varo que me hace falta. Con esta banda al menos les cobro por cabeza y flete. ¡Cámaras!

El que los encabezaba era un valedor con mostacho de galán, greña a lo yisuscraist, gafa oscura (cruda segura) y overol como tacuche de gala. Sus demás compas iban bien ataviados con lentejuelas en la solapa, pantalón planchado, corbata de moñito y zapato de charol a lo baila mi rey. ¡Cámara, la tropa era una banda muscial!

Se subió el valedor que parecía una versión similar (o sea, lo mismo pero más barato) de Mariobros y me la cantó derecha la flecha.

- Que transa la banda. Mira, nosotros somos un grupazo tropical y tenemos que ir a chambiar a un show cómico-mágico-y musical acá a la Vincent Guarrior. Estoy viendo que pus no trais pasaje, tons mejor préstanos tu servicio de llevarnos hasta el tugurio en donde que tenemos que chambiar y te damos una feria extra. ¿Cómo la beisbol?

- Va, va, va, me late chocolate cuate, va, va, va.

Ya subieron sus instrumentos y toda la onda. Íbamos bien chéveres y hasta nos pusimos a armar la guaguara. Me dijo este carnal:

- ¿Qué transa, a poco empiezas a rolar a esta hora?

- No carnal, pus es que andaba acá y allá y pus nomás la cosa no ha jalado. Ton's pus ando dándome otra vuelta pa' sacar varo y pus hasta orita que jalaron ustedes es con lo que me voy a persinar. Está cabrón porque tengo que sacar varo para un chingo de cosas y el varo no'más no alcanza. Ya sabes todas esas cosas que dicen en la tele, quesque la crisis, quesque el dólar sube, quesque el peso baja, quesque nomás ni pa'tras ni pa'lante.

- ¡Está canijo mano!, eso de la crisis está bien duro. Está tan cábula que por eso le pusimos así al grupo.

- ¿Cómo?

- Pus la crisis.

- Aaaah, te cae.

- Simóooooooon. ¿O no banda?

Todos en corito silbaron: Fiiiii fiiiii. (O sea cuando dices que sí, pero silbando).

- Está chicles bomba el nombrecito. ¿Y qué, chambean en el guateque , o que?

- Por su pollo es Knorr suiza. Tocamos pura música para armar el bailongo, arrastrar la chancla y armar el arrimón. Rolamos en diferentes tugurios de esos en donde por veinte varitos sacas a bailar a doñas gordas y por otros veinte se te sientan en las piernas. Pero pus ahí no acaba, tocamos en fiestas de vecindad, quinceaños, bodas y bautizos. Ya sabes, acá, pura música versátil.

- ¡Épale!

- Mira carnal, yo sé que la cosa está bien ojeis y que hay que darle duro a la talacha. Nosotros nos vamos a aventar la desvelada tocando para ganar unas cuantas monedas, pero pus aunque hay que darle macizo, hay que verle la cara amable a las cosas, agarrarle el gusto al susto y pus pasártela lo mejor que se pueda. Es más nos vamos a reventar una canción y sirve que ensayamos... 1, 2, y 1, 2, 3...


Ya llegamos a un salón de baile en plena Guerrero. La noche iba para largo, para estos valedores y pa' su seguro servilleta. Bajaron sus instrumentos y me pagaron un buena lana con la que al menos ya sacaba para la gasolina. Este carnal se despidió diciéndome:

- Pus ya te la sábanas. Que'sto, que'lotro, que la crisis, que'l dólar. Tú nomás pásatela chido.

Siga con nosotros en las aventuras del microbús. ¿Qué pasará en nuestro próximo episodio?, ¿bajará el diesel?, ¿bajara de peso el secretario de hacienda Carstens?, ¿bajará el jitomate?, ¿bajará el Necaxa a primera A?... Aunque lo más seguro es que todo suba excepto el Necaxa, no se pierda nuestra siguiente aventura. De seguro no la pasaremos chido chido.

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Nota acá entre bloggers: Dado los términos fijados el Mc-ulai Kulkin, creo que me toca poner el tema de la semana. Bueno, pus ahí'stá. Saludos a todos los bloggeros de este microbús que seguro están atorados en diversas actividades. Queridos lectores descuiden, pronto volverá a haber continuidad. Bueno, eso de "pronto", es en realidad muy relativo, pero la lucha se hace.

viernes, 13 de marzo de 2009

Ave María Purísima...

Tema: Confiésome padre...

Sabía que lo que hacía traería problemas, pero no le importó. Se dejó llevar a sus labios y a su pecho. Se enredó entre sus brazos y sus cabellos. Sintió placer, demasiado.

Sin embargo, en su mente se venían las comparaciones inevitables. Los labios eran casi iguales. Incluso, a veces, besaban de la misma forma. Las uñas en su espalda parecían una repetición de lo vivido unas semanas atrás.

Lo peor, la respiración y los quejidos, eran idénticos. Cerró los ojos y se dejó llevar. Finalmente, era el peligro de estar con hermanas.

Pensó que con tres Padres Nuestros y un Ave María todo quedaría en el pasado, olvidado… mejor aún: perdonado.

--No hijo, no es tan fácil… se escuchó en el obscuro confesionario. Yo podría darte esa pequeña penitencia, pero no sería lo justo.

--Estoy arrepentido…

--Tu penitencia será más grande… hasta que Dios no te perdone… no estarás tranquilo…

Pero como confía en que Dios perdona todo, es fácil encontrarlo --cada semana-- en el confesionario... siempre en espera de una nueva penitencia.

jueves, 12 de marzo de 2009

Ayuda caída del cielo.

En nuestro capítulo anterior estábamos saliendo del cine después de haber evitado un tráfico de los mil diablos que no'más no jalaba para nada y no me estaba dejando nada bueno. Nos metimos a ver un exitazo palomero de la medio chafa industria fílmica que cumplía bien a todo dar con su propósito, o sea, hacer el paro con el tiempo en lo que bajaba el tráfico.

Ya era dos tres tardesón cuando salí del cine y me disponía a continuar con la corrida del micro cuando de pronto se me salió el pedo de mi vida al ver que el micro no estaba donde lo había dejado estacionado. ¡Me cago en la reputa leche y en toda la nata que le salga!, ¿qué chingados le pasó al micro?, ¿'ond' chingaos está?.

Ya sabes en estos casos la onda es conservar la paciencia y no caer en pánico:

- ¡Me lleva la verga con patas!, ¡ya se llevaron el micro que ni siquiera es mío!, ¡puta y reputa madre!...

Después de calmarme y contar hasta diez, hice lo que el Tío Gamboín (que en paz descanse) siempre aconsejaba, tenía que contárselo a quien más confianza le tuviera. Y pus miré para un lado de la calle y miré pa'l otro. Había dos morros de secundaria fajando en una esquina, un perro firmando un arbolito y se acercaba un padrecito caminando por la calle.

¡Uta caún!, pus ni a cual irle. Así que me acerqué al perro, pero cuando me acerqué el muy cabrera me peló los dientes y se echó a correr. Luego me acerqué al rincón del pulpo, pero pus estos morros estaban tan ocupados que no vieron nada. No'mbre con la cara de espanto porque el micro había desaparecido que se me acerca el padrecito.

- ¿Estás bien hijo?

- No padre, se llevaron el microbús que dejé aquí estacionado.

- Aaaaah, no te preocupes. Mira, aquí no hay quien te lo pueda robar, hasta eso es una colonia decente, pero lo que si es que pasan muchas grúas y de seguro se lo llevaron al corralón.

- ¿Usté cree?

- Sí hijo. El corralón está aquí a cuatro cuadras y a estos méndigos les encanta llevarse los carros. Mira, es más te acompaño a buscarlo. Me queda de paso a la iglesia. A fin de cuentas está frente al corralón.

- Gracias padrecito.

Pus ya llegamos al corralón este y sí, ahí estaba encajonado el microbús. Jijos de toda su maíz, a los polecías se les veían los dientes bien afilados listos para clavar la mordida de buenas a primeras. Uno de ellos me dijo:

- Dígame, ¿qué se le ofrece?

- No pus vengo por el microbús...

- Uuuuuuuuuuuu joven, veo difícil que lo saque eeh.

- ¿Por qué o qué?

- Pusesque nos late que trae placas clonadas, además hace poquito nos reportaron un micro robado que se parece mucho al suyo y pus más vale que traiga sus papeles en orden, porque sino pus nomás no procede.

- Acá están los papeles en orden y toda la cosa, nomás déjeme pasar por ellos dentro del micro.

- Y sabe qué joven, de una vez le aclaramos que ya nos llegó sin estereo, con un golpe en la defensa posterior y con la pueta abierta. Le digo porque dicen que somos nosotros y no es cierto, así ya nos llegan los carros.

- ¡Qué!, ¡pero si estaba en buenas condiciones!...

Y ya la iba a hacer de pedo, cuando el padrecito me detuvo.

- Calma hijo, déjame hablar con ellos...

- Pero, ¿cómo pasa usted a creer padre?, ¡estos cabrones ya me desvalijaron y me madriaron el carro!...

- Oooh, tú déjame hablar con ellos hijo. Vas a ver como se solucionan las cosas.

- ¡Pásele padre!

El polecía atendió al padre:

- ¿Qué quiere?

- Buenas tardes, ya casi noches hijo.

- Buenas...

- Verás hijo, vengo de parte del chango.

- ¿De parte de quién?

- Del chango...

Y ya muy nervioso que se despabila y que se cuadra.

- Permítame padre, deje le hablo al comandante.

Se metió atrás de una puerta en la caseta y dijo:

- Mi comandante, tengo a un padrecito que viene de parte del chango.

- ¿A un padrecito?, ¡no la chingues con que viene de parte del chango!, ¡si es el padrecito atiéndelo como se debe o ya nos cargo!, ¡es más deja lo atiendo yo!

Salió el comandante muy nervioso de adentro de la caseta y se cuadro frente al padrecito.

- Padre muy buenas noches. ¿En qué lo podemos ayudar?

- Vengo por el microbús que están custodiando. ¿Porque lo están custodiando verdad?

- Eh, ejem, ¡sí padre!, lo estábamos custodiando, permítame un momento voy a hacer que se lo traigan enseguida.

El comandante se metió en friega con el otro monigote y nomás le dijo:

- ¡Mira cabrón, este padrecito está muy arriba de nosotros!, sea lo que sea que le hayan quitado a ese pinche microbús jodido se lo regresas en chinga y se lo entregas con todo y todo. ¿Entiendes?

- ¡Si mi comandante!

Como de rayo trajeron el microbús.

- Tenga padre.

- Gracias hijo.

- ¿Hay alguna multa?. - Pregunté.

- No, no, para nada. ¿Cómo cree?

Salimos del corralón y le di un aventón al padre, que bien buena onda me empezó a hacer la plática ya cuando lo dejé dentro de la iglesia.

- Ya ves hijo, te dije que me dejaras hablar con ellos. Son gente razonable que entiende de palabras.

- Gracias padre, no sabe de la que me salvó. ¿Qué, usted ya los conocía?

- Digamos que te ayudo "el de arriba", hijo.

- Y bueno, a todo esto, ¿por qué me ayudó si ni me conoce?

- Es que cuando te vi en la calle tenías una cara de santocristo que me inclinó a ayudar al prójimo. Digamos que es una manera de acercarme un poquito al cielo.

- Gracias padre, de veras gracias.

- Ándale hijo, nomás no se te olvide que la ayuda te vino como caída del cielo y que a la iglesia no le vendría mal una ayudadita en la cajita de las limosnas. Acuérdate que gracias al señor de los cielos no tuviste multa...

- Híjole padre ando algo corto de recursos, no he sacado lo de la vuelta y bueno...

- Acuérdate de la ayuda, hijo. Siempre tiéndeles la mano a quienes te ayudan...

- Eeh, eeh, bueno padre...

- Ándale hijo. Que dios te acompañe y yo estoy seguro que no te vas a dar por mal servido. Yo cuido que nadie te moleste mientras das tu limosnita mientras limpio el órgano eeh.

- Eeh, sí padre...

El padrecito se subió quesque a limpiar el órgano de la iglesia. Pa' mí que nomás me estaba viendo que le echara a la alcancía, el muy canijo para hacer tiempo hasta se puso a ensayar...


Me salí de la iglesia igual que como empecé a dar la vuelta, nomás con varo para dar cambio. Ahora tendría que rifarmela en una corrida extemporánea para sacar lo de los pendientes. Y pus sí, ya lo caído, caído.

No se pierda nuestro próximo capítulo en el microbús. Una aventura a la vuelta de cada esquina.

martes, 10 de marzo de 2009

Confiésome padre...


Que he pecado mucho de pensamiento, palabra obra y omisión, por mi culpa, por mi culpa por mi grande culpa… Ese es uno de las pocas oraciones que me sé y que en realidad me gustan, no sé por qué, tal vez por los golpes de pecho o algo de eso pero en fin ese no es el punto.
Durante la ruta de ayer, en la que por cierto me tocó por la tarde y terminé hasta altas horas de la noche, fui analizando los pecados que ya han sido tachados en la lista del día y me acordé no porque yo ande analizando mis pecados, sino por un pasajero (de esos que tienen un vestido negro con cosita blanca en el cuello) que subió cerquita del templo de San Judas y como hace mucho tiempo que no piso una iglesia para confesarme decidí hacerlo, pero de otra manera.
Como no podía decirle mis pecadillos durante la ruta, porque… pues para que entera uno al mundo de sus cosas… y tampoco podía detenerme porque hubo mucho pasaje, pues decidí que la confesión fuera mental y sin intermediarios… directo con el patrón.
Asi que empecé… Confiésome Padre, ay no! Ya la regué!! Confiésome patrón que no me he portado taaan bien como lo estipulan las reglas, pero la verdad es que me divierto mucho más.
Y no es poco, tampoco así como para condenarme al infierno… o si? Es que eso depende, depende de la percepción de lo que en realidad es un pecado mortal, creo que los cometidos por tu servilleta son mejor conocidos como pecados veniales (aquellos que son relativamente menores y pueden ser perdonados a través del sacramento).
¿Lujuria? Si un poco, más mental que carnal porque con esto de la crisis hasta eso escasea, jajaja. ¿Gula? Hijoles, también, es que quién se puede resistir a la suculenta comida mexicana y más de viaje, probando desde chapulines y tamales oaxaqueños, hasta esa exquisita lasaña de verduras que parecía de todo menos pasta.
¿Cuál sigue? Aa si, la Pereza, uuuy pues cómo te explico que ese yo creo que es del que más padezco, es que la verdad me da mucha flojerita eso de levantarme temprano para manejar todo el día aunque son pocas las veces que en realidad puedo quedarme mejor en la camita.
Ira… ahí va el McCoy!! Jajaja no verdad. Esa ira no, es de la que es como el coraje, pues esa es inevitable, más con una chamba como esta en la que hay cada cafre y eso que aquí en el pueblo no es tanto el relajo como el que hay en la capital… pero no me enojo tanto como los de la otra ruta que hasta a golpes se agarran.
En cuanto a los restantes (Avaricia, Envidia y Soberbia) creo que tengo la dosis recomendada, todos y quien diga que no está mintiendo, solemos pecar un poco con esto, algunos mucho más que otros, pero finalmente todos estamos incluidos en estos tres rubros.
También eso de las mentirillas se me da un poco, pero solo un poquito, es mi lado ese poético el que miente de vez en cuando pero nunca para herir a nadie, eso no me gusta…
Bueno pues creo que por lo pronto eso es todo… Y qué liberador resulta este autoanálisis, porque finalmente, aunque seas el Jefe, pues ya sabes todo lo que hacemos, bueno eso me dijeron a mí la primera y única vez que me he confesado con un sacerdote, que tu estás en todos lados y ves todo lo que hacemos asi que pues de una vez, así, sin intermediarios, me dispondré a platicar contigo de esto del pecar…

Y hablando de pecados, ¿saben ustedes cuáles son los siete pecados capitales?..... Pues la ira, el aiga, el fuistes, el vinistes, el entrastes, el bajastes y el callastes… jajaja chistorín pa iniciar la semana.

lunes, 9 de marzo de 2009

Chofi invitado - Lo que tiene mi ipod...

¿Coincidencia o destino?
Texto: La Cordero*

Desde hace tiempo creo que mi iPod tiene un sexto sentido. El que tuve antes que éste era una maravilla. Ahora puede ser considerado pieza de museo, porque es de aquéllos llamados Mini, con pantalla todavía en blanco y negro.
Éste, que tuvo a bien regalarme mi jefecito (mi papi, ¿ves?) sigue la tradición psicomágica de la música que tenía el otro.
La cosa es que me gusta ponerlo en shuffle y que suelte las canciones a su gusto. La cosa es que me ha aventado cada pedrada en el momento adecuado y otras veces han coincidido las rolitas con momentos muy peculiares.
Ejemplo: mi cumpleaños es el 23 de abril. Llegué a casa la noche del 22 de abril a las 23:59 horas. Justo en ese momento me soltó una rola que se llama "23 de abril" de una banda llamada Smitten. ¿Coincidencia o destino?
Otro ejemplo: Londres, 2007. Caminaba por el mismo parque que todos los días para llegar a la parada del autobús 176 que va de Penge a Oxford Circus. Era un día gris, un poco frío, y yo extrañaba tanto mi caótica ciudad. Casi de manera mágica el iPod reprodujo canciones de melodías tristes o relacionadas a los días en que uno preferiría sentarse a llorar lo que no ha llorado en un buen tiempo. Al fin de semana, el sol brilló como nunca durante el mes que ya llevaba en esa fría isla. Iba en el autobús 40 hacia la estación Victoria del Tube. Mientras en el cielo azul había algunas nubes, de nuevo el bendito invento de Apple me sorprendió. Beautiful Day de U2 y London Skies de Jamie Cullum. Nomás esas dos mientras el autobús cruzaba el puente sobre el Támesis. Y días después lo hizo de nuevo. Las calles cubiertas de nieve. Un poco nublado, pero la gente en la calle emocionada del fenómeno. Staring at the Sun de U2, Wish You Were Here de Incubus y A Day in The Life de The Beatles. ¿Coincidencia o destino?
Uno más: en las mañanas de tráfico y prisa le gusta poner mupsiquita acelerada como la de Goran Bregovic y la de Mahala Raï Banda. ¿Coincidencia o destino?
La pregunta es: ¿Les ha pasado esto o es sólo mi iPod el que está poseido? O quizá sí es casualidad. O quizá uno llega a establecer una relación tan simbiótica con el aparato que hasta detecta los humores para ponerles un buen soundtrack.
Qué sé yo.

*La Cordero no sabe qué sería de su vida sin música. Por eso la compra, la comparte, la obtiene gratis, la presta, la canta, la baila y hace todo con ella. 

sábado, 7 de marzo de 2009

Chofi invitado – Lo que tiene mi ipod…

Tributo al pecador

Texto: Beautiful Loser*

Mi ipod --mejor conocido como “el negrito”… “mí negrito”-- es mi compañero de viajes. Con él he recorrido la ciudad, de mis nortes hasta los sures, orientes y desde luego los ponientes. Ya me ha acompañado a algunos viajes dentro de la república, como a Zacatecas, dónde fue testigo de mi primer vuelo en avión o a Cancún, donde vivimos días playeros acompañados por Nouvelle Vague, Cerati y Ely Guerra.

En definitiva, ha sido fiel testigo de mis caminatas por el Centro; la compañía perfecta para recorrer museos; cómplice de mis tristezas, pero también de mis alegrías y es el responsable del soundtrack de mi vida.

Siempre he dicho que desde que tengo a mi negrito soy una mujer más feliz; hace mucho que no me molesta que me piropeen en la calle (obvio no entiendo/escucho los piropos) y además las distancias se hacen cortas. Incluso a veces (y perdón si se lee pirado) mientras escucho alguna rola me imagino que estoy viviendo el video de esa canción, que las personas, los autos, los árboles, el paisaje en sí, son parte importante y básica de esa melodía. He dejado de caminar en la calle, para ir bailando sobre ella.

Desde que empezó el año no le he puesto nada nuevo al negrito, me hice un playlist para un viajecito en corto y resulta que a la semana después mi lap se había muerto y con ella mucha de la música con la cual se alimenta mi nano. Así que de pronto el DJ Shuffle se ha estancado entre Sondre Lerche, Everything but the girl, algunas cositas electrónicas, el Interpol de cajón, el último de los Matones, el In-Rainbows (uhúuuu!) y muchos otros. Este post es un tributo al “Sinful” (ese es su nombre oficial) por toda la felicidad que me ha dado durante estos años juntos.

*Beautiful Loser, además de ser nuestra operadora madrina, es famosa en el mundo del twitter y del podcasteo. No es difícil verla haciendo coreografía en las bancas de Reforma. Ya con su licencia permanente, prepara dos proyectos en línea. Puedes seguirla AQUÍ.

viernes, 6 de marzo de 2009

Señor Chufle

En las últimas semanas he estado expuesto a música que no sabía ni que existía gracias a mi joven trato con un par de personas con las que paso demasiado tiempo.

Así, mi ipod y itunes han tenido una gran alimentación a artistas de los que solamente había escuchado, pero a los cuales jamás había puesto atención.

Sin embargo siguen presentes esos que, además de hacerme tararear sus canciones, me han acompañado como una especie de gurús. Así, hay un balance raro… y como en botica, de todo.

Siguiendo a Miss Congeniality, puse a trabajar al señor ‘chufle’, y este es el resultado, sin trampa alguna:

1. The Girl is Mine / Michael Jackson. Una rolita heredada de una relación que me hizo aprender mucho y con que hoy recuerdo con aprecio.

2. A Destiempo / Bersuit Vergarabat. Una auténtica joya musical del mundo mundial. ¡No mames de canción! Una de mis letras favoritas, de verdad es necesario que la escuchen. “No se puede así vivir… mi corazón”.

3. When I was a boy / Biel Ballester Trio / OST Vicky Cristina Barcelona. Recomendación y regalo de B_L, recién agregada a la biblioteca. Ideal para la chambieishon. Por cierto, cuando de verdad necesito trabajar, nada como poner completo a Bajofondo.

4. Loser / Beck. Nunca fui fan, pero es de una de esas veces que presté mi ipod a algún amigo y regresó con ella. No sé ni cómo, pero así fue.

5. Corazón Delator / Gustavo Cerati. Más de seis minutos de este episodio sinfónico. Cuando estás a punto de mentarle la madre al de adelante en periférico, comienzas a escuchar y todo el mundo te vale.

6. Los amores se van / La mosca Tse Tse. Bueno, este ipod anda muy argentino. Bonita rolita de épocas pasadas. Como que me gusta este grupillo. Tiene ondita, ritmo, está chidito (VB diría).

7. Baby got back / Sir Mixalot. ¿Hay que decir acaso algo acerca de esta joya de los 90’s? ¡Todos a rapear!

Pausa: Sound Effects - Car Sounds – NASCAR Racing… ok, ok, la necesitábamos para el programa de radio… ¿ok?

8. Paisanaje / Joaquín Sabina. Del maravilloso disco Alivio de luto de mi amigo de pedas. No podría concebir el mundo sin el Flaco de Úbeda. Yo canto mis soledades, porque me sobran…

9. Volver a ver / Siddhartha. Un grupillo al que acabo de conocer, que en esta canción destila su influencia Beatle. Regalo de B_L también.

10. Israel Kamakawiwo’ole / Somewhere over the rainbow & What a wonderful world. ¡Wow! Una gran, pero de verdad gran canción y qué enorme manera de terminar esta lista de 10. Tal y como termina Descubriendo a Forrester, esa película que es de mis favoritas y donde vemos a un magistral Sean Connery en el papel de un afamado escritor escocés que conoce a Jamal, un joven negro, quien además de ser un gran basquetbolista, comienza su camino en las letras. Una película obligada.

El señor Chufle no quiso poner en esta ocasión a LFC a quienes escucho mucho más que antes (desde hace un año), a Soda, a mi eterna trova y a Rod Stewart (agregué en Navidad el Live, espléndido concierto).

Karenbeu me ha pasado un poco de Cumbia Villera (Damas Gratis, Pibes Chorros), y se mezclan con mis colombianos de siempre, y un poco de surf del Señor Bikini.

Para finalizar, justo ahora se programó Trátame suavemente, mi canción favorita de todos los tiempos de Soda, pero en su versión original, con Los Encargados. La desconocía, hasta que B_L la puso en un USB.

jueves, 5 de marzo de 2009

aleatorio

Antes de arrancar notifico, para que luego no haya que a chuchita la bolsearon. Recientemente mi iPOD sufrió un incidente y desapareció toditita la música que tenía almacenada. A raíz de ello no he recuperado toda la colección, pero si he integrado novedades.

Como bien dice mi licencia, soy esquizoide musical. Así que lo mejor que se me ocurre para abordar este tema es ponerle play y ver qué nos depara el aleatorio.

  1. Rythms del mundo. Discazo que descubrí por accidente. Con eso de que supuestamente tengo formación musical, me gustan las cosas creativas, poco evidentes, que mezclan ritmos, ideas y estilos. Que se atreven a hacer algo que en el papel parecería aterrador y que en el estudio suena increíble.
  2. 5 minutos. Mi primer acercamiento a esta canción fue un video en el que se mofaban de la eliminación de los Rayados a manos del Santos en una semifinal. Ahí se me retorció el hígado. Aunque no soy fan de Gloria Trevi confieso que algunas de sus canciones me gustan y eso me pasó cuando escuché bien esta. Además eso de decirle al sujeto “te doy 5 minutos desahógate” es un gusto que cualquiera se debe dar. Ya me gustaba la rola cuando descubrí que su autora es una persona maravillosa, talentosa y felizmente cercana a mi familia, por cierto también tengo su disco completito (no el de Gloria, sino el de Erika Ender).
  3. Lero Lero, La Lupita. Lo confieso, en mi adolescencia tardía (tardía porque ya no estaba en edad adolescente pero me portaba como tal) tuve un crush con el baterista de La Lupita. Lo veía a cada rato en toquines y me empeñaba en acompañar a mi hermano cuando sabía que se iban a presentar. Ahora, me recuerda una de las épocas más divertidas de mi vida. Cuando cada fin de semana nos metíamos al mismo antro sin importar quien se presentara y era como llegar a casa.
  4. Willie Colón. ¡Ey! Honremos al bailador que todos llevamos dentro. Micro sin salsa no es micro. Además, algún día la podré bailar sin que se me enreden las patas…
  5. Alejandro Fernández. Otro placer culpable, pero muero por verlo en concierto. Me parece una de las mejores voces de cantantes mexicanos, independientemente del marketing a su alrededor, de los rumores, historias y leyendas de su vida privada, de sus amistades o costumbres. Actualmente el mejor cantante ranchero que hay. Y claro, no hay borrachera que se respete sin cantar “Nube Viajera” o “No”, aunque llore la concurrencia.
  6. OST Rudo y Cursi. Ya lo dije, la película se convirtió en una de mis favoritas y la música fue parte de ello. Premio especial a quien identifique la versión original del éxito del Cursi Verdusco “Quiero que me quieras”.
  7. Joaquín Sabina. Bueno, el genio de Úbeda. Este tío siempre sabe qué decir en el momento preciso. Puede ser “algunas veces gano y otras, pongo un circo y me crecen los enanos”; “más de cien palabras, más de cien motivos para no cortarse de tajo las venas”; “pero siempre hay un vuelo de regreso a Madrid”; “que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel”; “las amarguras no son amargas cuando las canta Chabela Vargas y las escribe un tal José Alfredo” o mi favorita personal “siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta”.
  8. Héroes del Silencio. Mi trauma de juventud, no haberlos visto en vivo. Ni en el Ángela Peralta (a donde a mi hermano no se le ocurrió llevarme porque no sabía que me gustaban), ni en el LUCC (porque todos dijeron que ni locos me metían a tal tugurio), ni en El Antro (por largarme a mi viaje de graduación). Luego la vida me hizo justicia y fui acreditada como prensa (en uno de los tres eventos relevantes que me tocó cubrir) a su concierto de despedida en el Palacio de los Deportes. Glorioso momento en compañía de uno de los mejores amigos que me ha dado la vida.
  9. En algún lugar, Duncan Dhu. Bueno, otro momento nostálgico. Es además parte de un disco en vivo, en el teatro Victoria Eugenia, que me hizo descubrir que la banda me gusta, más allá de un par de canciones que se hicieron muy populares. ¡¡¡Que grande era el rock español ochentero!!!
  10. Botellita de Jerez. El ingenio mexicano hecho canción. Si La Lupita y Héroes me recuerdan mi adolescencia, los botellos me remiten hasta la infancia. Por alguna razón tengo un claro recuerdo del patio de la primaria cantando “alarmala de tos”. Hasta la fecha los escucho y además me arrancan sonoras carcajadas. Sea un homenaje al Mastuerzo y la mala fortuna que lo alcanzó y espero lo deje en paz.

Entre los grandes que se quedaron fuera: My Chemical Romance, Moulin Rouge, The Killers (para que vean que también traigo música actual), Metallica, Alizée y Vanessa Da Mata, para de vez en cuando darle la vuelta al oído con otros idiomas.

Creo que el ejercicio resultó representativo y confirma la esquizofrenia de quien hoy conduce.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Miércoles de Cinito.

En nuestro capítulo anterior estábamos atrapados en el tráfico de la ciudad cuando un valedor se subió para jalar sin rumbo definido. Tomamos el primer camino que encontramos pero nomás el tráfico no cedía, así que este camarada decidió rolar a patín dejando a su seguro servilleta encajonado entre automóviles.

Hasta la madre del tráfico y viendo que nomás la cosa no jalaba, estacioné el micro en cuanto pude y me percaté de que estaba aparcado frente a un cine. Me dije a mi mismo: Mimismo, hay que clavarnos a ver una peli en lo que baja el chingado tráfico... ¡y pus bolas!

Era miércoles de a dos por uno en el cine piojito, y aunque iba de a solapa, bajita la mano en plena guaguara con la boletera conseguí que me diera precio especial. Me clavé a ver esa joya de la cinematografía internacional que se titula "Por tus pujidos nos cacharon II. La venganza del mastuerzo entrometido." Una coproducción México-Gringa-India- Rusa con reparto de primera. Pasé a la dulcería por unas palomotas chonchas chonchas con harta salsa valentina, un gaznate (aunque creo que me sacaron el merengue), unos "bon bons", unos nachos, un jocho con todo y una coca "lait".

La historia tiene hartas variantes cambiantes melodramáticas, trágicas, cómicas y musicales. Y así como los personajes decían una cosa como decían otra, lo que más me impresionó fue el soundtrack que va a la par de la historia. Las rolas son:

Todo empieza cuando el actor principal va a la escuela en su primer día de clases: Dig for fire de los Pixies.


En la clase ve a la típica chica porrista de la cual se enamora. El valedor queda babeando por ella con: Monsters in the parasol de Queens of the stone age. Una rola perfecta para ver porristas haciendo acrobacias.


Después de unas miraditas y que esto que el otro, pus nuestro chavo se termina aplicando. Llega la escena del beso: Because de los Beatles. Un beso totalmente hipnótico.


Pero qué se creen, que llega el novio de la morra y se arman los madrazos. La canción de pelea es: Pretty woman, pero tocada con Van Halen.


Es allí cuando este carnal queda tendido en el piso todo puteado y la chava lo abandona por irse con el gorilón gandalla. El presonaje principal siente una gran ruptura en su vida a partir de ese momento con: Luna de Corcobado & Manta Ray.
(Vídeo no disponible).

Llega el día de la graduación, ya saben acá... el baile y todo el pedo. La reina le está haciendo ojitos desde lejos. Este carnal se le acerca a ella para hablarle. Se alcanza a escuchar: Real love de los Beatles.


De pronto, el garañón le llega por la espalda y se arman los catorrazos de nuez. La chava le dice que ella no quiere andar con perdedores y nuestro carnal sufre su gran ruptura: Peace the fuck out de Travis.
(Vídeo no disponible).

Todo sacado de pedo por lo que ha pasado esa noche, este camarada sufre un shockeo mental. Entre sus debrayes escuchamos: Red red wine de UB40.


Enloquece por todo lo que le cruza por la cabeza y se sube a un auto. Conduce toda la noche sin rumbo fijo. Enciende el stereo y suena: Debaser de los Pixies.


A medianoche en la carretera, llega a un bar de camioneros. Se pone a platicar con una de las meseras. Esta mesera lo convence de que busque el amor real y todas esas mamadas que dicen en las películas y pus a güevo, ¡lo convence!

Este cabrón sale corriendo por la carretera gritando el nombre de la chica (¿por qué no agarró su carro?, ¿por qué salió corriendo a lo pendejo?, ¡pinches pelis siempre son lo mismo!) y llega hasta la puerta de la casa de esta niña. Ahí escala el árbol que da a la ventana de su cuarto, le toca, se mete al cuarto y de alguna manera, tienen una reconciliación: Péndulo de los Aterciopelados.
(Vídeo no disponible).

Nuestro valedor estrella le cuenta todo lo que ha sufrido por ella y vemos que pasa un flashback: Not even jail de Interpol.


Sin embargo, ella le dice que su amor no puede ser y bla, bla, bla... que este güey ya se la peló porque se va a casar con el otro cabrón. En ese momento se oyen ruidos en el pasillo y esta vieja lo corre porque va a llegar su papá. El papá entra en el cuarto con una escopeta y le suelta un tiro que ella alcanza a desviar. El tiro sólo le pegó en la nalga, cae de costal al piso y alcanza a huír cojeando por la calle.

Al día siguiente, este chavo está inquieto y está dispuesto a robarse a la novia y a cancelar la boda por cualquier motivo. Cuando este valedor llega a la boda, empieza a gritar como loco que cancelen la boda, que él ama a la novia y que se la va a llevar. Lo que escuchamos es: Tu significas todo para mi de Alberto Vázquez.


En plena boda se arma la rebambaramaba con el novio dispuesto a ponerle en su madre y con el padre de la novia armado con la escopeta que saca de abajo de la mesa donde está el pastel y los regalos. El padre suelta un tiro al aire y todos se alocan. Ya se le van a ir sobres a este cuate cuando de casualidad se le ocurre dar a luz a la hermana embarazada del garañón. En ese momento suena: Sister morphine de los Rolling Stones.


Harto de todo lo que ha pasado hasta el momento, nuestra estrella decide comprarse una pistola y saldar cuentas. Sin embargo, no tiene varo para pagar la fuzca, así que le rasca para comprar la plomeadora: 666 (Marca mi número) de los Ángeles del Infierno.


Con el cañón en mano llega a la casa del cabrón que le ha hecho la vida de cuadritos. Entra pateando la puerta y encuentra a este güey besuqueando a la chica. Sin embargo, antes de que alcance a dispararle, el chico malo avienta a la chica al piso y saca una fuzca del cincho. Al oír los plomazos se aparece el padre da la novia con su escopeta gritando que lo dejen dormir. Los plomazos de la batalla final se arman con: Runnin' free de Iron Maiden.


Después de una intensa balacera, explosiones por todas partes y una casa que termina en llamas. Nuestro valedor saca a la chica del fuego corriendo. La casa explota. Es el momento del triunfo final y escuchamos: Gangster trippin' de Fatboy Slim.


De entre las llamas surge un hombre quemado cargando una escopeta. ¡Oh no!, ¡es el padre de la novia con quemaduras dispuesto a que lo dejen dormir! Le va a disparar por la espalda a la estrella, pero la novia lo alerta en cámara lenta y el se voltea. Ambos disparan al mismo tiempo. La escopeta le alcanza a dar en el hombro al héroe, sin embargo, nuestro protagonista )al que a pesar de haber aguantado una plomiza, no se la han acabado las balas) ha descargado su revolver en la cabeza del padre.

El cuerpo del padre quemado cae al piso y muere. La novia llora por su padre en plena escena de muerte. Se deja escuchar: La pared de Shakira.


La escena siguiente nos presenta el funeral del novio culei y del padre. Nuestro protagonista consuela a la chica en la escena de funeral: Love de John Lennon.


El chico acompaña a la chica a despedirse por última vez de su padre. Vemos como meten el féretro al incinerador. Toda la familia se va y el chico se queda solo con la chica en los incineradores. De pronto se besan, se acarician, se besan más, se tocan sus cositas, se encueran y tienen sexo. La rola para tener sexo es: Girl, you'll be a woman soon de Urge Overkill.


La cámara se mete poco a poco al incinerador y se pierde entre las llamas del fuego. La pantalla se oscurece para dar paso a los créditos finales con: Dont' stop me now de Queen.


Pus ya, salí del cine esperando a que hubiera bajado el tráfico. ¡No manches caún!, lo poquito que había sacado en la corrida me lo gasté en lo del boleto y las palomitas. ¡Uta, me iba a tener que dar otra vuelta en la ruta para sacar lo de la gasolina, la renta de la unidad y que me quedara algo para mi! ¡Ni pedo!, ¡pus a darle!...

No se pierdan el siguiente episodio en el microbús. Nunca se sabe que hay a la vuelta de la esquina.

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Nota:
La historia del cine está basada en un juego-cadena por internet.
Se supone que si tu vida fuera una película, ¿cómo sería el soundtrack?. La dinámica es poner tu iPod o abrir la biblioteca de tu reproductor de audio predilecto, llámese iTunes, Winamp, etcétera... Ponerla en modalidad Shuffle o aleatorio y darle play. Por cada escena, escribes la canción que te sale. La onda es no mentir, sino poner lo que te salió, no importa que canción sea. Por lo visto machó bien para esta peli...

lunes, 2 de marzo de 2009

Mi iPod favorito

Hablando de música puedo decir que no soy una experta, pero si que disfruto de la música. Si es buena o no… eso depende de quién la escuche porque como en botica, hay de todo y para todos….
En cuanto a mis gustos pues son variados y extensos, me encanta escuchar nuevas cosas y estoy abierta a todas esas opciones que nos brindan las notas musicales, descompuestas, bien conformadas, o de plano esas que nomás no tienen ni pies ni cabeza.
El playlist del micro tiene de todo, desde duranguense y reggaeton, pop, rock de los 80’s, Emannuel o Pandora, hasta lo más extraño como música de esa de iglesia jaja, eso si de lo único que no encontraremos es metal, esa música del diablo que sólo me hace ponerme paranoica y muy, muuuy nerviosa, mezcla peligrosa conjugada con los cafres que rondan por la ruta.
Pero ahorita, en el tour que estoy dando para encontrar la ciudad ideal y abrir nuevos horizontes para el Ruta 69, he descubierto que no toda esa música es para alterar los nervios, por lo menos no los míos.
Hay un chico, tal vez sea por eso, que además de galán tiene buen gusto por la música y su iPod ha sido un gran instrumento en nuestras largas horas de carretera. La música del diablo de la que por mucho tiempo renegué ya no me está pareciendo tan mala, tal vez porque el sujeto en cuestión elige las menos intensas o porque realmente muy en el fondo no es taaan mala o mejor dicho no me altera tanto como yo suponía…
Pero entre una plática y otra o entre cada alto que se hace en cada caseta, prefiero cambiarle y escuchar una buena rolita de bossa nova o ya de perdis a Joan Sebastian en la Plaza de Toros México, ese wey si que me pone contenta….
Pero dejémonos de cosas y hoy usté elija, dígame qué quiere escuchar y se lo ponemos, hoy la ruta será como en la radio, de complacencias y si no la traemos no paga el viaje….

Que tengan una buena semana, tan buena o mejor que la mía…. Y súuuubale y también a la música!!.