domingo, 18 de enero de 2009

Chofi invitado - ¡Arriba las manos!

Un Buen Asalto

Texto: Marlene Corona Vigoritto*

Ese día Tito fue despedido de su trabajo, no era el mejor de los trabajos, pero le daba su quincena segura con la que compraba su despensa, pagaba su renta, los gastos de su pequeño pero acogedor departamento y hasta podía invitar a Lina su novia de vez en cuando al cine, siempre que fuera en miércoles, por cierto ese día era miércoles e irían a ver esa película de acción, donde mataban a muchos como las que le encantaban. Cuando el Señor Gómez le hizo firmar su renuncia pensó que eso era lo peor que le podía pasar, que equivocado estaba.

Serían las once cuando Tito se dirigió a su depa con su cara de compungido y recién afiliado al club de los desempleados de esta ciudad, cuando llegó al edificio de azulejos azules en la Colonia Álamos notó movimientos inusuales, claro que Tito nunca estaba a esas horas en el edificio así que pensó que era normal, subió las escaleras para encontrarse frente a la puerta de su departamento a Doña Josefa – Titito, pues con la pena pero es que vino Don Tobías y dice que se te acabó el contrato y que como no renovastes pus te vas a tener que ir hoy mismo, me da harta pena Titito, pero pus ya ni modo-, mientras Doña Josefa hablaba, Tito, entró y comenzó a hacer sus maletas, no lo podía creer, perder el trabajo y el depa el mismo día, pero lo consolaba que iba a ver a Lina, se iba a distraer en el cine y ella lo apapacharía. A las 5 en punto llegó por Lina que salió con su colita de caballo perfectamente peinada, su faldita de gamuza y unas botas color vino – te ves preciosa- dijo Tito- ¿nos vamos? – Tenemos que hablar- los enormes ojos avellana de Lina dejaron de brillar – Ya no puedo seguir contigo creo que no te amo… - No había terminado de decirlo cuando Tito caminó hacía el parque con la cabeza baja y visiblemente agitado, no era posible nadie tiene tan mala suerte como para perder el trabajo, la casa y la novia el mismo día, sus pensamientos viajaban de atrás para adelante recorriendo lo sucedido, lo había perdido todo, cuando de pronto sintió un frío extraño en la cintura, y una voz dijo “Arriba las manos”- no es cierto, no puede ser, es lo único que me faltaba, que me asaltaran- volteó hacía el atacante con más incredulidad que miedo y sus pensamientos vagos no lo dejaron obedecer la orden, no levantó las manos, el asaltante forcejeó unos segundos para quitarle la cartera y soltó un tiro que hirió a Tito a la altura del pecho.

Unas horas después despertó Tito en un  cuarto de hospital conectado con una aguja al suero, con una mascarilla sobre la boca y con mucho dolor, abrió los ojos y observándolo estaban, el Sr. Gomez, Don Tobías y Lina los tres muy preocupados por su salud. Le devolvieron su trabajo, le renovaron el contrato de arrendamiento y Lina descubrió que tal vez si lo amaba. Tito solo pensó -ese sí que fue un buen asalto, me quitaron la cartera pero me devolvieron mi vida, lo mejor es que en la cartera solo traía 20 pesos.

*Marlene aprendió a actuar que lloraba si le daban una corona de belleza, afortudamente el mundo de las letras la rescató y no es difícil verla escribir en servilletas y hojas de cuaderno cuadriculado en algún café que quede cerca de la Ruta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesantes historias de vida, interesante manera de asociarlas, importante la generosidad de compartir.

Nuestro mundo suele dar brutales sacudidas o simplemente acabarse solo por que es su naturaleza cambiante. Y depende la templanza del individuo la fuerza para levantarse, para reencontrarse, para aprovechar la bendición de o la gente que te ama y te ayuda a no pandearte para que te renueves, para encontrar una mejor oportunidad de ser feliz, cometer nuevos errores y vivir nuevas experiencias

Anónimo dijo...

Y si el individuo no encuentra la templanza para luchar, para levantarse, para continuar, para ganar, no es por falta de capacidad es por que en su naturaleza no esta el luchar contra el mundo, el esta en a la tierra para amar y mostrarnos lo banales que podemos llegar a ser a causa de no controlar nuestros instintos primitivos. Dicho ser incapaz de defenderse, solo es capaz de amar sin lastimar, de ayudar sin esperar.


Como el Ángel que no pudo rescatar este patán...